viernes, 8 de abril de 2011

...y apareció el puto amo

Una mañana lluviosa de Invierno llegamos con los ojos medio cerrados al trabajo cuando nos acordamos de que teníamos una reunión. Nosotros pensamos: bueno pues toca siesta en la reunión.

Pues bien, estábamos en la sala medio dormidos cuando el puto amo entró en la sala con una aureola que nos hizo abrir los ojos y despertarnos. Ese hombre solamente con entrar sentarse en su silla, salir de la sala para atender una llamada, volver a entrar y decir que era un inversor en un concurso o algo así (estábamos ensimismados y no nos enterábamos de que se hablaba), volver a atender otra llamada, recoger su portátil e irse, había llamado nuestra atención y había hecho que nuestra meta en la vida sea parecernos a él.

Puto amo es el empleado ideal; si vas a por un café y no tienes suelto, puto amo te ofrece su dinero; si no sabes hacer un proyecto, puto amo te lo resuelve en un periquete; si hay una becaria falta de amor, puto amo hace que se imagine que se sabe su nombre para que se sienta querida. Puto amo es el hombre perfecto. Es el único empleado que ha conseguido que algunos de los becarios se peguen por sentarse a su derecha, es el único empleado que tiene club de fans en la empresa y es el único empleado que ha conseguido que por un día la becaria manitas de mercadillo no tire el café.

En definitiva, todos tenemos un espejo en que nos queremos mirar, y para el 89,6576% de los empleados de nuestra empresa, ese espejo es el puto amo.


martes, 5 de abril de 2011

¿Existe el Karma?

En esta entrada trataré de responder a esa pregunta con un claro ejemplo: El becario Tocapelotas. 
Seguro que algunos pensabais que "Tocapelotas" era un mote sin fundamento y alejado de la realidad, pero ¡no!, puedo aseguraros que este becario lo es, y por eso resulta curioso que sea a él al que más le han tocado las pelotas.
¿En que sentido se las han tocado?
Las mentes perversas estarán pensando que es algo literal... Siento defraudaros. Es algo mucho más inocente que eso pero a la vez mucho más cruel, y es que en sus 9 meses de becario, ¡¡sólo ha habido 1 en el que le hayan pagado puntualmente!! (efectivamente, podemos presumir de que algo nos pagan).

No quiero ser muy dura ya que este problema lo hemos sufrido todos con él. ¡Ay que ver la de fietas a las que ha dejado de asistir por no tener dinero! (aún siendo un juerguista), regalos que no ha podido comprar o cañas a las que no ha podido invitarnos. Eso sin mencionar la cantidad de rapapolvos que hemos tenido que soltar a los de RRHH. Para colmo, despues de estar días tras día y semana tras semana pegando la paliza con el tema a jefes, jefazos, personal de distintos departamentos, personal ajeno y hasta a las de la limpieza, por lo visto el jefe aún no sabe ni cuál es su nombre. Un caso sin precedentes. Tremendo.

Al ser el único de nosotros con estas trabas, nos surgen multitud de preguntas para intentar responder al porqué de esta situación: ¿Será porque no trabaja bastante? ¿se le olvida echar azucar a los cafés? ¿hace avioncitos con las facturas? ¿no puede hablar en pseudocódigo? ¿juega demasiado con las sillas? ¿es negro (homenaje a Ana Rosa Quintana)? ¿utiliza un editor demasiado simple para programar? ¿no sabe hacer índices con el Word? Son muchas preguntas y muy pocas respuestas.
"Ironías del destino", dirán unos, "a veces la vida tiene estas cosas" dirán otros... Yo afirmo que sin lugar a dudas es todo cosa del Karma.
Como dijo Earl... Si quieres la limonada, tienes que exprimir el limón ;)